Otro de los atributos momposinos que le da fama mundial a la ilustre villa es la elaboración
de joyas en oro y plata a través del difícil arte de la filigrana, arte que posee una complejidad
sin par y que en Colombia sólo lo trabajan los artistas momposinos, más conocidos como
joyeros, o mucho mejor orfebres.
Esta joyería tradicional tiene raíces coloniales y autóctonas que conservan técnicas y
formas ornamentales europeas que han persistido en el tiempo, legados del ancestro
español, árabe, francés e inglés.
Al recorrer las calles de Mompox, ciudad ombligo del río Magdalena, se escuchan los
tintineos de los martillos; son los orfebres trabajando en sus talleres, elaborando los finos
tejidos de filigrana en oro, metal que fue la sangre dorada de los indígenas y que
transformado en filigrana se convierte en la más bella y delicada identidad momposina.
La fina orfebrería representada en su máxima expresión, la filigrana, es un arte al que pocos
en el país se le miden, sólo los orfebres momposinos dotados de una envidiable paciencia,
una admirable tranquilidad, una modesta sabiduría, un gran espíritu abierto y sobre todo
una religiosa dedicación, tienen este oficio como profesión.
Por esto cuando usted ve en otra ciudad distinta a Mompox a alguien luciendo una joya
confeccionada con hilos de oro o plata, al preguntarle a esa persona donde la adquirió, el
noventa por ciento de su respuesta va a ser: “en Mompox”, o si fue comprada en otro lugar,
fue hecha por un momposino, o quien la elaboró, aprendió con un orfebre momposino,
porque hay muchos de ellos regados por el país, sobretodo en las ciudades antioqueñas
de Zaragoza y El Bagre que es donde se encuentran las minas de oro.
El oro es adelgazado por los orífices a extremos insospechados, hasta del grosor de un
cabello, con el cual van rellenando con exquisito gusto, los marcos de las más diversas
formas: panderos, lágrimas, corazones, mariposas, flores, palmetas, ramales o caracoles,
lo que la imaginación desorbitada y las manos diestras quieran diseñar, con hilos de
increíble finura que se enrollan en forma de espirales, ascendentes o planos hasta
conformar las más hermosas y apetecidas figuras.
Entre estas piezas de especial belleza encontramos: los afamados pescaditos de oro
momposinos, anillos, aretes, dijes, cadenas, pulseras, tobilleras, esclavas, gargantillas,
pendientes, prendedores, rosarios, hasta una pequeña réplica de la artística cruz de
Mompox; en fin todo tipo de prendas espléndidas, intrincadas filigranas que Mompox lega
de Colombia para el Mundo.
Fuente fotográfica: Ingry Galvache Villanueva en su página de Instagram:
@ingryfiligranamompox_
Fuente bibliográfica: Luis Alfredo Dominguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario